Narra Zayn
Me distraje por un segundo mientras Liam discutía con la chica. Frente a nosotros estaba Ashton, sujetando una pistola. Me sonrió cínico y le quitó el seguro. Por suerte Beca estaba de espaldas y la otra chica estaba ocupada con Liam y no se dieron cuenta. Ashton apretó el gatillo de la pistola, reventando así una de las ruedas del coche de Liam. Me asusté. Aquel tipo nos tiene tirria a Liam y a mi desde lo de Horan...
Antes trabajábamos para un chico, Niall Horan. Había heredado el negocio negro de su padre. Nos mandó a llevarle una mercancía a Ashton, pero lo que yo no sabía era que se encontraba en pésimo estado. Quiso matarnos, pero Liam y yo salimos huyendo y nunca más volvimos a verlo. Hasta ahora. Miré a Beca, ella también estaba asustada, su miedo estaba presente en esos grandes ojos azules.
—Es Ashton. —Le susurre a Liam al oído. El ensancho los ojos rápidamente. —Tenemos que irnos. —Dije agarrandole el brazo a Beca. Por razones obvias, no quería que el idiota de Ashton la viera.
—¿Pero que pasa con mi coche? —Preguntaron Liam y la chica al mismo tiempo. Parecía mentira que Liam, sabiendo la gravedad del asunto, estuviera más preocupado por su coche que por su propia vida.
Le hice una señal para que cogiera a la morena, no podíamos dejarla allí. Seguramemte Ashton la habría visto y pensaría que tiene algún vínculo fraternal con alguno de los dos. El obedeció rápidamente y salimos corriendo. Yo llevaba a Beca cogida de la mano.
No paramos de correr hasta que llegamos a un callejón bastante alejado del centro.
—Estáis locos, soltarme. —Dijo la morena bajandose de la espalda de Liam.
—Haber... ¿Cuál es tu nombre? —Le pregunté.
—Sophia. —Bufo.
—Bien, Sophia. Yo soy Zayn, el Liam y esta es Beca. Hemos tenido que salir huyendo, ya que estábamos en peligro.
—¿Peligro por qué? —Pregunto Beca esta vez.
—¿No has escuchado el disparo? Seguramente algún ladrón habría atracado algún banco. No podíamos quedarnos en medio de un tiroteo, ¿o sí? —Invente.
—Bueno, pero mi DESTROZADO coche. —Dijo Sophia mirando a Liam. —Está allí y tengo que volver a casa, con que... Adios. —Dijo y se giró para marcharse.
—Ahora no puedes irte. —Dije.
—¿Y por qué no?
—Tu haznos caso y ya, no seas tan preguntona. —Le dijo Liam.
—¿Y quién te ha preguntado a ti nada?
Beca me agarró del brazo y nos alejó un poco de Liam y Sophia, que estaban discutiendo de nuevo.
—Sabes que no puedo quedarme aquí. —Dijo.
—Si, pero tampoco puedo dejarte ir ahora. Es... Es complicado. —Dije rascandome la nuca.
—¿Que os traeis entre manos tu y Liam? —Pregunto cruzada de brazos.
—Nada, ¿que podríamos traernos entre manos?
—No lo sé, por eso te pregunto... Si no quieres dejarme sola acompañame a casa si quieres. Sea como sea necesito salir de aquí.
—¿No está tu tía?
—No, ha estas horas estará trabajando. No vuelve hasta la tarde y mi hermana sale de la escuela a las tres, después de comer.
—Ya... Está bien, vamos.
—¿A dónde se supone que vais? —Preguntó Liam.
—Voy a acompañar a Rebeca hasta su casa. Asegúrate de que Sophia llegue sana y salva a la suya. —Le advertí.
El sólo rodó los ojos y asintió de mala gana.
Ambos caminamos a paso ligero a través de las calles de Bradford.
—Puedes pasar al salón. —Dijo abriendo la puerta.
—Ok.. —Obedeci.
Ella subio las escaleras y bajó al cabo de un rato. Se había puesto ropa más cómoda. Unos shorts y una camiseta ancha. Para ser sincero se veía muy sexy.
—Ok, ¿que quieres hacer? —Me preguntó sentándose en la otra punta del sofá.
—No soy ningún caníbal, no te voy a comer. Puedes acercarte si quieres que no muerdo.
—Tienes pinta de morder. —Bromeó y se acercó dos milímetros más a mi.
—Bueno... Me has pillado. Pero muerdo muy despacio y sólo cuando beso. Ha no ser que quieras besarme no tienes de que preocuparte.
—¿Yo besarte a ti? —Dijo sonrojada.
—Es sólo una advertencia. —Me encogi de hombros sonriendo.
—Pues no, no voy a besarte. Puedes estar tranquilo tu también. —Dijo jugando con el mando a distancia.
—Y bien... ¿Que haces para divertirte? —Pregunté para desviar un poco el tema, me sentía raro escuchandola decir que no tiene ningún interés en besarme. No sé por qué.
—Leo.
—Acuario. —Le extendí la mano y ella se rió.
—Que leo del verbo leer.
—¿Ya está? ¿Ha eso lo llamas divertirte?
—Como te he dicho, mi vida es muy aburrida. Estoy esperando a alguien que llegue y la ponga patas arriba.
—Quizás yo podría ayudarte con eso... ¿Tienes harina?
—¿Para que quieres harina Zayn? —Pregunto con los ojos entrecerrados.
—No te lo diré, arriesgate. —Dije sonriendo. Ella se quedó callada. —¿No confías en mi?
—No debería... —Confesó. —Pero si. En la cocina. —Se levantó y yo la seguí de cerca. —En ese estante.
—Vamos a hacer tortitas.
—¿Sabes hacer tortitas?
—No, y eso es lo más divertido de todo. —Dije alcanzando el paquete de harina. —¿Me ayudas?
—Claro...
Hicimos una masa, si es que se le puede llamar así. Le hechamos huevo, leche, harina y azúcar. Yo estaba empeñado en echarle sal pero Beca no me dejó. Cuándo estaba decuidada, cogí un puñado de harina y se la lancé a la cara, y así comenzó nuestra guerra "blanca". Ambos estábamos completamente llenos de harina. Beca caminaba hacia mi para llenarme de sirope, pero la harina del suelo la hizo resbalar. La cogí antes de que se diera de lleno.
—Cuidado princesa... —Susurré cerca de sus labios.
Ambos nos quedamos estáticos, mirándonos a los ojos. Y, puff, sonó el timbre. Nos alejamos rápidamente y acompañé a Beca a ver quién era. Pensé que quizás Ashton nos había seguido o algo. Estaba paranoico.
—Eh... Hola Srta Benson... —Dijo una mujer. La profesora de Faith.
—Ho-Hola... —Dijo Beca muerta de la vergüenza.
—Vengo a traer a su hermana.
—¿Tan pronto?
—Hoy las niñas salían antes del colegio. Iba a ir a llevar a Faith a casa de los Malik pero... Creo que me he ahorrado el trabajo. —Dijo mirándome.
—Lo siento, no volverá a pasar. —Dijo Beca.
—Tranquila, siento haber interrumpido. Hasta mañana. —Se despidió de ambas niñas y se marchó.
—¿Que haces en casa de Diana tío? —Pregunto Faith.
—Pues... Visitando a... mi amiga Beca.
—Zayn quiere a Beca, Zayn quiere a Beca. —Comenzó a canturrear, al poco tiempo se le unió Diana.
—Creo que voy a darme una ducha. —Dijo Beca, de nuevo sonrojada.
—Nosotros nos iremos a casa. Porcierto... —Cogí un papel y un bolígrafo del salón y le apunté mi número. —Llamame si me necesitas. —Dije, de nuevo preocupado por el tema de Ashton.
—Vale... —Sonrió.
(...)
Necesito más beibi;)
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